Excursión al Zoo de Castellar

¡Buenas familias!
La semana la comenzamos con un día emocionante, y es que visitamos el Zoo de Castellar. Llevábamos unos días más nerviosos de lo habitual ya que se nos hacía larga la cuenta atrás para que llegara el día. ¡Y al fin llegó!
Todos y todas listos con mochilas, gorras y almuerzo nos subimos al autobús que nos esperaba en la puerta, junto a las familias que vinieron a despedirnos.





Los monitores y monitoras del zoo nos recibieron en la entrada y pudimos dejar nuestras mochilas en el área de picnic, ir al baño y comenzar la visita. Empezamos por los buitres leonados, y los conejos.

Observamos diferentes tipos de monos por el zoo, algunos recorrían los caminos por la parte alta y pasaban por encima de nuestras cabezas muy rápido.
Isabel fue la monitora que nos acompañó en todo el recorrido, nos explicaba datos sobre las diferentes especies y resolvía nuestras dudas.
Aquí, tras una breve explicación  y con ayuda de un guante, pudimos sostener en nuestro brazo a un halcón.











Continuamos con la visita muy atentos y atentas a las explicaciones sobre esta especie de monos.
Pudimos ver a la familia al completo y la mamá se acercó al cristal a saludarnos.



Justo antes de entrar a la zona de las aves, Isabel nos explicaba las normas para no hacer daño a los animales y con ayuda de dos voluntarios nos enseñó la forma de dar de comer pipas a los loros.





Pudimos ver crías de aves que estaban en sus nidos.



Esperando a que el pavo  abriera su cola.
Aquí nos estábamos colocando para que Isabel nos pudiera mostrar a la serpiente ceniza.
Apreciamos su manera de desplazarse reptando y las huellas que iba dejando en la arena.
Quien quiso pudo tocarla y sentir la suavidad de su piel y movimiento.




Isabel nos mostró también dos crías de rata. Nos explicó que suelen ser mascotas muy buenas y dóciles, aunque la mayoría de las personas les tienen miedo.
El último animal que vimos por esta zona fue el hurón, pudimos apreciar que aunque su pelo era muy suave, su olor era muy fuerte.







Seguimos el recorrido pasando por túneles y puentes desde podíamos ver cocodrilos tomando el sol.


Entramos en un pequeño espacio donde descansaban tranquilamente unas tortugas muy grandes que pudimos tocar.



Los lemures de cola anillada se acercaban al cristal a saludarnos.


Isabel nos trajo a un dragón barbudo ,que no echaba fuego pero sí que tenía la piel muy áspera.
En la zona del acuario, buscando al pez payaso y observando las branquias de los peces.



Aquí en la zona del corralito donde había cabras y cerdos.







Nadia, otra monitora, nos atendió en la sala veterinaria del zoo y no explicó como estaban cuidando a esta pequeña monita de 7 meses llamada Mía.


Ya  por último, tuvimos un tiempo para lavarnos las manos, almorzar y jugar un poco antes de subir a autobús

Tras una mañana tan ajetreada, alguno y alguna se "echó" una sistecita bien merecida.
¡Recuerdo de un bonito día compartido!


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